martes, 23 de febrero de 2010

domingo, 14 de febrero de 2010

APUNTES SOBRE UNA APROXIMACIÓN A UN PENSAMIENTO DE MARTA MORETI

Mientras Marta se dirigía hacia su coche pensaba en el barrio donde vivía, concretamente en la calle Huertas y sin saber por qué su mente voló hasta la descripción de la sociedad decimonónica que hizo Galdós en su novela “Misericordia”.

Quizás fuera esa una de las razones que la impulsaron a alquilar su piso en aquella zona, quizás. La novela la había leído no sabía cuantas veces, ¿diez? Y posiblemente se quedaba corta. Una novela en la que Galdós, hasta entonces liberal convencido, parece dar un giro en sus escritos hacia asuntos más sociales, situando al ser humano en el vórtice de una sociedad que él mismo no ha elegido y de la que no es tanto parte, como víctima de la misma. Galdós arroja un cubo de agua fría sobre toda su producción anterior en la que los grandes personajes e ideas (“Episodios nacionales”) son el centro del devenir humano. Allí lo realmente importante en la historia son los grandes momentos de la misma, seres humanos que con sus ideales mueven el mundo. Pero en un momento determinado, el novelista invierte su pensamiento y quiere observar al ser humano que vive estos cambios...y cuando lo hace surge el compromiso social.

Galdós, como en su momento hizo Dickens, se da cuenta que el motor del mundo no lo conforma tanto una persona, un líder, como el pueblo que en ese momento vive una transformación, que la acepta y coexiste con ella para que la realidad cotidiana se transforme en historia. Y es cuando Galdós mira al pueblo de su época y ve que los cambios políticos, las grandes decisiones nacionales, dejan su impronta en las personas, que lo viven como pequeños trozos de historia. Su liberalismo (habría que estudiar esta palabra que con raíz en la libertad propugna el no sometimiento de ningún acto privado a las manos del Estado, lo que llevó y llevará a situaciones de total injusticia social) va abriéndose a una visión social (incluso de inicio del socialismo) del pueblo como ente abstracto formado por seres humanos que con unas inquietudes, problemas y aspiraciones individuales se ven muchas veces arrastrados y aplastados por la apisonadora de un Estado que aferrado a ideales político-económicos ha vuelto su cabeza a los problemas del pueblo.

A Marta le vinieron a la cabeza correspondencias con situaciones actuales y pensó que el cambio de pensamiento que se elaboró en Galdós sería tildado hoy, de una forma simplista, como de escritor de derechas que se pasa al bando de la izquierda. Estaba a sólo unos metros para llegar a su coche cuando otra idea le vino a la cabeza, y fue la de que hoy en día se produce el fenómeno contrario, el de escritores, pensadores o políticos de pensamiento con una fuerte base social que con el tiempo han derivado a pensamientos más o menos conservadores. Escritores de renombre que nos escribieron sobre espadachines, cultura oriental o nos querían hablar de su libro, se les ve en medios de comunicación de cierta tendencia ideológica, tendiéndoles sus letras y sus pensamientos como puentes con el lector o televidente. Marta estaba llegando a su coche cuando le surgió una pregunta, ¿realmente cambiaron su ideología, o simplemente rentabilizaron el acercamiento a poderosas fuerzas de comunicación?

Marta giró por una calle a la izquierda y vio su coche aparcado, junto a él había varios jóvenes que...(pero esta es otra historia)(1).

(1) N. del A. Se de buena tinta que este es el pensamiento que acudió a la mente de Marta en esta parte del libro (sería en el Capítulo V, en la parte 7), y que aunque no aparece en el mismo, sí que cruzó por su mente. Muchas son las cosas que le habían sucedido y otras más las que le acaecerían. Su vida estaba girando 360 grados y de forma inconsciente lo estaba asumiendo, no sin dolor psíquico (incluso como veréis, quien lea el libro, también físico). Ya adelanté un sueño de Marta Moreti sobre una anciana, que tiene al comienzo del libro. Por cierto espero que este verano, más o menos, pueda tener terminada la novela. Será policíaca, no al estilo C.S.I., porque las pruebas no serán tan importantes como los resultados que los acontecimientos van produciendo en cada uno de los personajes. Cambios sobre los que ya no se puede volver atrás, sobre los que se van construyendo el día a día con más o menos dolor. Porque en la vida la carretera es de peaje y cada cierto tramo hay que pagar un precio para continuar en la misma.

jueves, 4 de febrero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (6)

Danny Elfman

Elfman es uno de los grandes nombres de la banda sonora de cine fantástico en particular y de la música de cine en general. Aparte es uno de mis compositores favoritos, de hecho recuerdo una época en que tenía todas sus bandas sonoras, incluso conseguí alguna que otra que estaba descatalogada en la tienda de Paco.

El nombre de Elfman va unido al del director Tim Burton, pues casi todas las películas de éste llevan la música de aquel. Haciendo la excepción de Ed Wood donde un sensacional Howard Shore sustituyó a Elfman por desavenencias con el director y la última barroca entrega de Burton, “Sweeney Todd”, película que se mueve en el campo del musical con toques “gore”.

Elfman se mueve a la perfección en el cine de Burton, donde su universo, ampulosos decorados y personajes malditos que son incomprendidos por el mundo en el que viven, son mostrados con trepidantes notas unas veces y melódicas en otras, creando el toque de magia que recordamos en todo el cine de Burton. La primera película donde colaboraron fue “Bitelchus”, una perversa fábula adolescente donde Elfman retrata a la perfección al maléfico personaje (encarnado por el actor fetiche de Tim Burton, Michael Keaton). Posteriormente repetirían los tres en “Batman”, con una banda sonora que se alejaba de las típicas de superhéroes para anunciarnos las oscuras y góticas calles de Gotham. También realiza la segunda parte, “Batman vuelve”.

Pero sin duda uno de los trabajos más completo del dúo llega con “Eduardo Manostijeras” (es impresionante el inicio con un Vincent Price mítico). Aquí las notas musicales de evocadoras melodías se suceden con otras de desesperación y dolor, conformando una música de una belleza y magia que la hacen, sin duda, una de las mejores bandas sonoras del cine.


Decía antes que “Eduardo Manostijeras” era una de las mejores bandas sonoras de Elfman, la otra sin lugar a dudas es la del musical de dibujos animados “Pesadilla antes de navidad”. Esta película no fue dirigida por Burton (su director es Henry Selick), pero se nota su mano en el guión y en la producción, ambas del propio Tim Burton. La banda sonora, la más completa de Elfman, combina su típico score con trepidantes canciones de rock, boggie o swing.


Otras colaboraciones con Burton son “Mars Attack”, divertida parodia...del mundo, “Sleepy Hollow”, terrorífica puesta en escena de la obra de Washington Irving, “El planeta de los simios”, “Big Fish”, “Charlie y la fábrica de chocolate”, con una música que trae de nuevo los mejores momentos del director y el compositor o “La novia cadáver”, con un formato de cine muy parecido a “Pesadilla antes de navidad”, aunque inferior en resultados (tanto de imágenes como de música).

Pero los trabajos de Elfman para el cine fantástico no se reducen a las composiciones para Burton. Una de sus grandes bandas sonoras es para la puesta en imágenes de “Cabal”, la novela de Clive Barker, la película también dirigida por el escritor se llamó “Razas de noche”. Una fábula que se desarrolla en el subterráneo mundo de Midian, poblado por fantásticos seres de pesadilla y marginalidad.


Una banda sonora que me gusta mucho es “Agárrame esos fantasmas”, película del director Peter Jackson antes de hacerse famoso con sus Señores del anillo. La música es vibrante y movida, con toques de comedia cuando la acción lo requería.


Entre los muchos scores que Elfman realiza para el cine fantástico destacan “Darkman” con el antihéroe creado por Sam Raimi, “Men in Black”, “Spiderman”, “El dragón rojo”, con un sensacional score para esta aventura de Hannibal Lecter, “Hulk” o “The Wolfman”.

Sin duda Danny Elfman es uno de los compositores más importantes del panorama de la banda sonora actual.


George Fenton

Recuerdo que la banda sonora de la película “En compañía de lobos” era un mito, tanto por su casi imposibilidad de conseguirla como por su calidad artística. Porque hoy en día que se pueden conseguir por internet toda clase de músicas y películas resulta raro pensar que hubo una época anterior en que si una banda sonora estaba descatalogada era imposible de conseguir. Este era el caso de esta vuelta de tuerca del cuento de Caperucita roja, “En compañía de lobos”, película de Neil Jordan donde una música intimista y suave daba sus notas a esta fábula llena de escenas oníricas, símbolos y un lenguaje visual impresionante.


Otra gran composición de Fenton la realiza para la enésima versión del Doctor Jekyll, “Mary Reilly”, dirigida por un intimista Stephen Frears, lo que da un nuevo tono a la eterna historia del esquizofrénico doctor.


El resto de obras de este gran compositor británico no se encuadran dentro del cine fantástico, por lo que pese a que tiene magníficas composiciones no voy a citar más bandas sonoras suyas, que como digo las tiene y muy buenas.


John Frizzell

John Frizzell no es de mis compositores favoritos, aunque reconozco que tiene sus seguidores y gusta. Hace trabajos para el cine fantástico como “13 fantasmas”, “Ghost Ship” o “La cosecha”, aunque personalmente la obra suya que más me gusta la realiza para la película “Alien Resurrection”