viernes, 7 de enero de 2011

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (8)

Jerry Goldsmith

A Jerry Goldsmith tuve el placer de disfrutarlo en los ciclos dedicados a música de cine que cada año se celebraban en Sevilla. Al igual que Elmer Bernstein, Howard Shore (al que ya dediqué una entrada hace tiempo), Michael Nyman...; Goldsmith llenó con su música dos días que recuerdo de manera muy especial. El primero de ellos lo dedicó a dirigir un repertorio de su música y el segundo a interpretar las partituras de otros compositores, entre los que se encontraban Bernard Hermann o John Williams.

Evidentemente Goldsmith no es un autor exclusivo del cine fantástico y brilló por igual en todos los géneros, aunque para aquel consiguió con sus partituras elevarlo a un ranking más alto, no sólo de popularidad, sino de calidad. Muchas de las piezas que a lo largo de su filmografía llenaron de música las imágenes del cine fantástico y de terror han pasado a la posteridad como momentos innovadores que fueron el inicio de cientos de partituras que las imitaban, así recuerdo la suavidad de “Alien”, llena de misterio y momentos escalofriantes, o la tan imitada partitura para “La profecía”, con el inicio de los coros satánicos que tanto soporte ha dado al cine de terror posterior.

Jerry Goldsmith compuso más de 250 bandas sonoras, incluyendo ya en la cima de su carrera trabajos para series “B” que poco o nada aportaban a su carrera. Para unos una muestra más del talento del compositor, de su capacidad creativa y de su no sometimiento a las cadenas del triunfo, para otros el ejemplo de que no todas las obras eran suyas y de que para estas películas contaba con un equipo de compositores que al estilo de los viejos talleres de pintura, componían estos scores. Yo me quedo con la primera teoría, quizás porque se acerca de forma más romántica a la trayectoria de este gran compositor.

Goldsmith empezó componiendo al final de los años 50 partituras para series de televisión y “weterns” de serie “B”. Incluyendo a principios de los 60 varios episodios de “En los límites de la realidad”. Tras producciones bélicas y del Oeste en los primeros años de esa década, se interna en la ciencia ficción con “The Satan Bug” (1965) y “Plan diabólico” (1966). Sin embargo su gran producción para este género llega en 1968 con “El planeta de los simios”, donde la música se hace estridente, átona y llena de contrastes, para reflejar la paradoja del film. Después realizaría la música de algunas de las siguientes partes de este planeta y seguiría en el campo de la ciencia ficción con “La fuga de Logan” (1976).

En el terror entraría de la mano de “Satán, mon amour” (1971), “El otro” (1972) y “La reencarnación de Peter Proud” (1975). Aunque su éxito más sonado y la coronación como el “compositor del terror” llegaría con “La profecía” (1976), donde la música corona los momentos más terroríficos de la película con los citados coros, para posteriormente bajar la intensidad con excelentes momentos sinfónicos que dan una tregua al espectador. Aquí pongo los dos ejemplos más notables y conocidos de la película (ambos imitados hasta la saciedad). Realizaría también la música de las dos posteriores secuelas.





Continúa con la ciencia ficción en “Callejón mortal” y “Capricornio uno” ambas de 1977, “Coma” (1978), “Los niños del Brasil” (1978) y “Star Trek, la película” (1979). Se apunta al cine de catástrofe de los 70, con un toque de terror, en “El enjambre” (1978). De nuevo le llega el momento de otra de sus grandes partituras, la realiza para otra película de terror, “Alien, el octavo pasajero” (1979), donde el horror se vive en cada uno de los pasadizos de la solitaria nave, descrito con inteligencia y maestría por Goldsmith.



En los ochenta continúa con la ciencia ficción, “Atmósfera cero” (1981) y de nuevo el éxito le llega con otra producción de terror, “Poltergeist” (1982), película en la que en los títulos de crédito aparece como director Tobe –“La matanza de Texas”- Hooper, pero que en realidad dirigió su productor, Steven Spielberg, que por desavenencias con Hooper terminó dirigiendo él mismo la película. De nuevo la maestría de Goldsmith queda por encima de las imágenes en esta maestra banda sonora. Y como no podía ser de otra manera también puso música a sus secuelas.



Posteriormente daría música a la segunda parte de “Psicosis” (1983), 23 años después de Herrmann, “En los límites de la realidad” (1983) y una de superhéroes, “Supergirl” (1984). De nuevo otra película de terror para adolescentes “Gremlins” (1984) y su secuela, le hacen merecedor de la fama. Música rápida y divertida, con todos los toques Goldsmith, ya famosos por aquella época.



En los 80, su época de mayor producción en este campo, seguiría componiendo con más o menos fortuna música para el cine fantástico, “Runaway” (1984), “Baby, el secreto de una leyenda perdida” (1985), “Exploradores” (1985), la genial partitura para “Legend” (1985), “Link” (1986), “El chip prodigioso” (1987), “Leviathan” (1989), “Warlock” (1989) o “Star Trek V” (1989).

Los 90 comienza con una superproducción de ciencia ficción, “Desafío total” (1990), donde de nuevo el talento de Goldsmith destaca en una producción sinfónica, llena de contrastes y de maravilloso acompañamiento para las imágenes de Verhoeven. Sin embargo mucho más melódica es su música para “Eternamente joven” (1992).





Otros títulos de género fueron “Matinee” (1992), “La sombra” (1994), “Powder” (1995), “Deep Rising” (1998), “La momia” (1999), “The haunting” (1999) o “El hombre sin sombra” (2000).

Goldsmith permanecerá siempre en la memoria de los amantes de la música de cine, de la magistral, de la que llena de verdad, por su lirismo, emoción, épica y grandes momentos que nos ha hecho vivir. Es el gran nombre de la banda sonora.


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