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viernes, 7 de enero de 2011

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (8)

Jerry Goldsmith

A Jerry Goldsmith tuve el placer de disfrutarlo en los ciclos dedicados a música de cine que cada año se celebraban en Sevilla. Al igual que Elmer Bernstein, Howard Shore (al que ya dediqué una entrada hace tiempo), Michael Nyman...; Goldsmith llenó con su música dos días que recuerdo de manera muy especial. El primero de ellos lo dedicó a dirigir un repertorio de su música y el segundo a interpretar las partituras de otros compositores, entre los que se encontraban Bernard Hermann o John Williams.

Evidentemente Goldsmith no es un autor exclusivo del cine fantástico y brilló por igual en todos los géneros, aunque para aquel consiguió con sus partituras elevarlo a un ranking más alto, no sólo de popularidad, sino de calidad. Muchas de las piezas que a lo largo de su filmografía llenaron de música las imágenes del cine fantástico y de terror han pasado a la posteridad como momentos innovadores que fueron el inicio de cientos de partituras que las imitaban, así recuerdo la suavidad de “Alien”, llena de misterio y momentos escalofriantes, o la tan imitada partitura para “La profecía”, con el inicio de los coros satánicos que tanto soporte ha dado al cine de terror posterior.

Jerry Goldsmith compuso más de 250 bandas sonoras, incluyendo ya en la cima de su carrera trabajos para series “B” que poco o nada aportaban a su carrera. Para unos una muestra más del talento del compositor, de su capacidad creativa y de su no sometimiento a las cadenas del triunfo, para otros el ejemplo de que no todas las obras eran suyas y de que para estas películas contaba con un equipo de compositores que al estilo de los viejos talleres de pintura, componían estos scores. Yo me quedo con la primera teoría, quizás porque se acerca de forma más romántica a la trayectoria de este gran compositor.

Goldsmith empezó componiendo al final de los años 50 partituras para series de televisión y “weterns” de serie “B”. Incluyendo a principios de los 60 varios episodios de “En los límites de la realidad”. Tras producciones bélicas y del Oeste en los primeros años de esa década, se interna en la ciencia ficción con “The Satan Bug” (1965) y “Plan diabólico” (1966). Sin embargo su gran producción para este género llega en 1968 con “El planeta de los simios”, donde la música se hace estridente, átona y llena de contrastes, para reflejar la paradoja del film. Después realizaría la música de algunas de las siguientes partes de este planeta y seguiría en el campo de la ciencia ficción con “La fuga de Logan” (1976).

En el terror entraría de la mano de “Satán, mon amour” (1971), “El otro” (1972) y “La reencarnación de Peter Proud” (1975). Aunque su éxito más sonado y la coronación como el “compositor del terror” llegaría con “La profecía” (1976), donde la música corona los momentos más terroríficos de la película con los citados coros, para posteriormente bajar la intensidad con excelentes momentos sinfónicos que dan una tregua al espectador. Aquí pongo los dos ejemplos más notables y conocidos de la película (ambos imitados hasta la saciedad). Realizaría también la música de las dos posteriores secuelas.





Continúa con la ciencia ficción en “Callejón mortal” y “Capricornio uno” ambas de 1977, “Coma” (1978), “Los niños del Brasil” (1978) y “Star Trek, la película” (1979). Se apunta al cine de catástrofe de los 70, con un toque de terror, en “El enjambre” (1978). De nuevo le llega el momento de otra de sus grandes partituras, la realiza para otra película de terror, “Alien, el octavo pasajero” (1979), donde el horror se vive en cada uno de los pasadizos de la solitaria nave, descrito con inteligencia y maestría por Goldsmith.



En los ochenta continúa con la ciencia ficción, “Atmósfera cero” (1981) y de nuevo el éxito le llega con otra producción de terror, “Poltergeist” (1982), película en la que en los títulos de crédito aparece como director Tobe –“La matanza de Texas”- Hooper, pero que en realidad dirigió su productor, Steven Spielberg, que por desavenencias con Hooper terminó dirigiendo él mismo la película. De nuevo la maestría de Goldsmith queda por encima de las imágenes en esta maestra banda sonora. Y como no podía ser de otra manera también puso música a sus secuelas.



Posteriormente daría música a la segunda parte de “Psicosis” (1983), 23 años después de Herrmann, “En los límites de la realidad” (1983) y una de superhéroes, “Supergirl” (1984). De nuevo otra película de terror para adolescentes “Gremlins” (1984) y su secuela, le hacen merecedor de la fama. Música rápida y divertida, con todos los toques Goldsmith, ya famosos por aquella época.



En los 80, su época de mayor producción en este campo, seguiría componiendo con más o menos fortuna música para el cine fantástico, “Runaway” (1984), “Baby, el secreto de una leyenda perdida” (1985), “Exploradores” (1985), la genial partitura para “Legend” (1985), “Link” (1986), “El chip prodigioso” (1987), “Leviathan” (1989), “Warlock” (1989) o “Star Trek V” (1989).

Los 90 comienza con una superproducción de ciencia ficción, “Desafío total” (1990), donde de nuevo el talento de Goldsmith destaca en una producción sinfónica, llena de contrastes y de maravilloso acompañamiento para las imágenes de Verhoeven. Sin embargo mucho más melódica es su música para “Eternamente joven” (1992).





Otros títulos de género fueron “Matinee” (1992), “La sombra” (1994), “Powder” (1995), “Deep Rising” (1998), “La momia” (1999), “The haunting” (1999) o “El hombre sin sombra” (2000).

Goldsmith permanecerá siempre en la memoria de los amantes de la música de cine, de la magistral, de la que llena de verdad, por su lirismo, emoción, épica y grandes momentos que nos ha hecho vivir. Es el gran nombre de la banda sonora.


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miércoles, 10 de noviembre de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (7)


Fabio Frizzi

Músico italiano que realiza composiciones para películas de serie B, como “Nueva York bajo el terror de los zombi”, “Miedo en la ciudad de los muertos vivientes”, “Manhattan Baby” o esta, “El más allá”. Dedicado últimamente a la televisión.




Philip Glass

Con la música para los documentales “Koyaanisqatsi” y “Powaqqatsi” (Glass comenzó y continúa en este campo) conquistó una fama que debo reconocer la vi en un principio injusta. Tonos minimalistas, opresivos en muchas ocasiones, que me hacían recordar al peor Michael Nyman. Sin embargo con el tiempo, quizás después de acostumbrar mis oídos, o de entender mejor el mensaje de su música, debo confesar que es uno de los autores que sigo.

Su música no podía quedar apartada del “fantástico”. Sus tonos oscuros y agobiantes cuadraban a la perfección con este cine. Y así fue como de la mano de Soavi presenta la música para “El engendro del diablo” ( hay que pensar que detrás está Darío Argento). Aunque su consagración en el cine de terror le llega con Candyman (intentaré no pronunciarlo más veces...) y más tarde con su secuela.



Más tarde realiza una composición para el Drácula de Browning, llena de música sugerente y simbólica. La composición más lograda para el cine la realiza para “Las horas”. Una de sus últimas y mejores composiciones la escribe para “El ilusionista”.




Goblin

Banda de rock italiana que está unida indefectiblemente al nombre de Darío Argento, el padre del terror moderno. Como el director, tiene sus detractores más implacables, ¿pero acaso una película de Argento podría rodar con otra música?

Para este construye las bandas sonoras de “Rojo oscuro”, “Suspiria”, “Tenebre”, “Phenomena” o “Insomnio”y para la producción de Argento a Romero “Zombi”. Una curiosidad, el compositor Claudio Simonetti estuvo en esta banda.




Elliot Goldenthal

Goldenthal un músico atonal y en ocasiones con unas composiciones que por lineales resultan algo aburridas logra recrear ambientes que cuadran a la perfección con los objetivos de sus películas, sobre todo en el campo del fantástico. Su primera incursión en el terror llega de la mano de Stephen King, recreando la música de una de sus mejores novelas junto a “El resplandor” (el tema de los Ramones para la película es de mis favoritos).



Para Fincher hace la música de una película que no me gustó la primera vez que la vi, pero que en el segundo visionado (quizás porque vi un montaje realizado por el propio director), me enganchó. Se trata de Alien 3, y su música invade de extrañas sensaciones la opresiva cárcel fortaleza espacial llena de alienígenas.

Sin embargo su consagración definitiva en el mundo del fantástico y de la banda sonora le llega con la magistral “Entrevista con el vampiro”, sugerentes coros, música íntima y suave, hacen que la película recree el ambiente “vampírico-romántico” que tan de moda está ahora.



Varios Batman, “Esfera”, la música para el fallido film de Jordan, “In Dreams” y “Final Fantasy” son algunas de sus composiciones para el género.

jueves, 4 de febrero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (6)

Danny Elfman

Elfman es uno de los grandes nombres de la banda sonora de cine fantástico en particular y de la música de cine en general. Aparte es uno de mis compositores favoritos, de hecho recuerdo una época en que tenía todas sus bandas sonoras, incluso conseguí alguna que otra que estaba descatalogada en la tienda de Paco.

El nombre de Elfman va unido al del director Tim Burton, pues casi todas las películas de éste llevan la música de aquel. Haciendo la excepción de Ed Wood donde un sensacional Howard Shore sustituyó a Elfman por desavenencias con el director y la última barroca entrega de Burton, “Sweeney Todd”, película que se mueve en el campo del musical con toques “gore”.

Elfman se mueve a la perfección en el cine de Burton, donde su universo, ampulosos decorados y personajes malditos que son incomprendidos por el mundo en el que viven, son mostrados con trepidantes notas unas veces y melódicas en otras, creando el toque de magia que recordamos en todo el cine de Burton. La primera película donde colaboraron fue “Bitelchus”, una perversa fábula adolescente donde Elfman retrata a la perfección al maléfico personaje (encarnado por el actor fetiche de Tim Burton, Michael Keaton). Posteriormente repetirían los tres en “Batman”, con una banda sonora que se alejaba de las típicas de superhéroes para anunciarnos las oscuras y góticas calles de Gotham. También realiza la segunda parte, “Batman vuelve”.

Pero sin duda uno de los trabajos más completo del dúo llega con “Eduardo Manostijeras” (es impresionante el inicio con un Vincent Price mítico). Aquí las notas musicales de evocadoras melodías se suceden con otras de desesperación y dolor, conformando una música de una belleza y magia que la hacen, sin duda, una de las mejores bandas sonoras del cine.


Decía antes que “Eduardo Manostijeras” era una de las mejores bandas sonoras de Elfman, la otra sin lugar a dudas es la del musical de dibujos animados “Pesadilla antes de navidad”. Esta película no fue dirigida por Burton (su director es Henry Selick), pero se nota su mano en el guión y en la producción, ambas del propio Tim Burton. La banda sonora, la más completa de Elfman, combina su típico score con trepidantes canciones de rock, boggie o swing.


Otras colaboraciones con Burton son “Mars Attack”, divertida parodia...del mundo, “Sleepy Hollow”, terrorífica puesta en escena de la obra de Washington Irving, “El planeta de los simios”, “Big Fish”, “Charlie y la fábrica de chocolate”, con una música que trae de nuevo los mejores momentos del director y el compositor o “La novia cadáver”, con un formato de cine muy parecido a “Pesadilla antes de navidad”, aunque inferior en resultados (tanto de imágenes como de música).

Pero los trabajos de Elfman para el cine fantástico no se reducen a las composiciones para Burton. Una de sus grandes bandas sonoras es para la puesta en imágenes de “Cabal”, la novela de Clive Barker, la película también dirigida por el escritor se llamó “Razas de noche”. Una fábula que se desarrolla en el subterráneo mundo de Midian, poblado por fantásticos seres de pesadilla y marginalidad.


Una banda sonora que me gusta mucho es “Agárrame esos fantasmas”, película del director Peter Jackson antes de hacerse famoso con sus Señores del anillo. La música es vibrante y movida, con toques de comedia cuando la acción lo requería.


Entre los muchos scores que Elfman realiza para el cine fantástico destacan “Darkman” con el antihéroe creado por Sam Raimi, “Men in Black”, “Spiderman”, “El dragón rojo”, con un sensacional score para esta aventura de Hannibal Lecter, “Hulk” o “The Wolfman”.

Sin duda Danny Elfman es uno de los compositores más importantes del panorama de la banda sonora actual.


George Fenton

Recuerdo que la banda sonora de la película “En compañía de lobos” era un mito, tanto por su casi imposibilidad de conseguirla como por su calidad artística. Porque hoy en día que se pueden conseguir por internet toda clase de músicas y películas resulta raro pensar que hubo una época anterior en que si una banda sonora estaba descatalogada era imposible de conseguir. Este era el caso de esta vuelta de tuerca del cuento de Caperucita roja, “En compañía de lobos”, película de Neil Jordan donde una música intimista y suave daba sus notas a esta fábula llena de escenas oníricas, símbolos y un lenguaje visual impresionante.


Otra gran composición de Fenton la realiza para la enésima versión del Doctor Jekyll, “Mary Reilly”, dirigida por un intimista Stephen Frears, lo que da un nuevo tono a la eterna historia del esquizofrénico doctor.


El resto de obras de este gran compositor británico no se encuadran dentro del cine fantástico, por lo que pese a que tiene magníficas composiciones no voy a citar más bandas sonoras suyas, que como digo las tiene y muy buenas.


John Frizzell

John Frizzell no es de mis compositores favoritos, aunque reconozco que tiene sus seguidores y gusta. Hace trabajos para el cine fantástico como “13 fantasmas”, “Ghost Ship” o “La cosecha”, aunque personalmente la obra suya que más me gusta la realiza para la película “Alien Resurrection”


martes, 19 de enero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (5)

Pino Donaggio

Todavía recuerdo aquel vinilo que compré sin saber nada de Pino Donaggio. Y lo compré porque en su portada ponía DePalma, por aquella época, tendría entonces unos veinte años, Brian DePalma era uno de mis directores preferidos (aún hoy lo sigue siendo, aunque haya perdido mucha fuerza en sus películas). Además el título del disco (creo que editado por “Milan”) “Love and Menace” era muy sugerente. Incluía temas de películas de DePalma como “Carrie”, “Home Movies”, “Vestida para matar”, “Impacto” o “Doble cuerpo”.

La música de Donaggio para DePalma es un compendio de todo lo bueno que tiene este compositor. Su parte más melódica, con preciosos temas de amor, suaves y cálidos combinados con su parte más cercana al cine de Hitchcock y a su compositor Herrmann. No podía ser de otra manera, no sólo porque este último haya sido el compositor más influyente en la música de cine de la segunda mitad del pasado siglo, sino porque una parte del cine de DePalma es heredera directa del cine del magistral director inglés. Películas como “Vestida para matar”, “Doble cuerpo” o “En nombre de Caín” son manipulaciones más o menos afortunadas de “Psicosis” o “La ventana indiscreta” entre otras. De hecho el cine de DePalma tuvo en sus comienzos al Herrman del final de su carrera como compositor de dos grandes películas suyas, “Hermanas” y “Fascinación”.

La primera música que Donaggio hace para DePalma es para su película “Carrie”, basada en la famosa novela de Stephen King. Aquí se pueden disfrutar de las dos facetas de la música de Donaggio a la que antes aludía.




En “Vestida para matar” perfecciona su música llegando a excelentes momentos de fuerza y definiendo un estilo que le haría formar con el director americano uno de los tándems más interesantes que haya dado la música de cine.


Sin embargo Donaggio se dio a conocer en la música de cine con una película tan fascinante e inquietante como, todo hay que decirlo, de amanerado estilismo. “Amenaza en la sombra” es una historia donde los canales venecianos se convierten en un terrorífico laberinto donde la angustia y los miedos del protagonista (fabuloso Donald Sutherland) se manifiestan.


Donaggio que realiza gran parte de su obra para el cine de su país (Italia), ha legado al cine de terror otras partituras para películas como “Piraña”, “Aullidos”, “Los ojos del diablo”, “La secta”...Un autor tan interesante como poco conocido. Sus bandas sonoras se escuchan perfectamente fuera de las imágenes de las películas, lo que en ocasiones redunda, no siempre para bien, en la conexión entre nota musical y fotograma.


Patrick Doyle

Incluir a Doyle en un monográfico dedicado al cine de miedo y fantástico no tiene mucho sentido, siendo el compositor de Kenneth Branagh para casi todas sus películas. El mundo de Shakespeare (“Enrique V”, “Mucho ruido y pocas nueces” o “Hamlet”) o de los grandes clásicos (“Indochina” o “Sentido y sensibilidad”) fueron sus dedicaciones más importantes al inicio de su carrera. Hoy es un compositor cotizado dentro de las grandes productoras.

Sin embargo, y de ahí la inclusión aquí, dentro del cine de terror tiene una creación que sigue la línea de su carrera, pues entronca con el mundo de los grandes clásicos. Se trata del “Frankenstein” que rodase Branagh, siguiendo fielmente la obra de Mary Shelley (aunque ya se sabe que literatura y cine son afines, pero el medio de expresión requiere de un lenguaje diferente que hace imposible la compatibilidad al 100% de esta afirmación de fidelidad del cine con la obra escrita).

martes, 12 de enero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (4)

John Carpenter

Si siento una debilidad por un compositor de música de cine, éste es John Carpenter. Magistral director de películas de terror que ha compuesto la mayoría de las bandas sonoras de sus películas. Y cualquiera que escuche por primera vez a Carpenter pensará que su música es mecánica, estridente y electrónicamente chillona. Estoy casi de acuerdo, casi, pero tiene algo que hipnotiza, que hace que las imágenes de sus films no se olviden fácilmente. Reconozco que oír su música en la intimidad del hogar supone un acto de cariño hacia el mismo.

Porque quitando sus primeras incursiones electrónicas en “Dark Star” y “Asalto a la comisaría del distrito 13” (esta fue la primera película de Carpenter que vi y que me hizo ser un incondicional de sus imágenes), su gran éxito, tanto en su parte fílmica como musical fue “La noche de Halloween”. Para esta película componía unos de los temas más famosos del cine de terror:


Tras componer varios scores que seguían el mismo patrón de música electrónica para películas suyas como “La niebla”, “1997: rescate en Nueva York” o “Christine” (sobre novela de Stephen King) y películas ajenas como “Sanguinario” (segunda parte de Halloween) o “Halloween 3” se vuelve más versátil en “Golpe en la pequeña China” o “Están vivos” (recuerdo que en el estreno de esta película nos dieron unas gafas como las del protagonistas y quien haya visto esta magistral película sabrá de sus poderes).

Pero sus mejores scores vienen para sus siguientes películas. “En la boca del miedo” creo que es sin duda no sólo su mejor película, sino una de las mejores del cine de terror; en ella realiza una gran composición dentro de los márgenes de su música, donde los momentos de horror cósmico, recordemos que sin ser una adaptación de ninguna obra de Lovecraft refleja su personal mundo con una empatía no vista antes en el cine, decíamos que estos momentos tienen una fuerza mucho más inquietante bajo la aplastante música de Carpenter.


Muy buena su música para “El pueblo de los malditos”, genial remake de la película del mismo nombre de Wolf Rilla de 1960. Me gustan muchos sus títulos de crédito:


Otros trabajos suyos son “2013: rescate en L.A.” (segunda parte de “1997: rescate en Nueva York”), “Vampiros” (sin duda otro de sus mejores trabajos) o “Fantasmas de Marte”.

Figura clave dentro del cine de terror, John Carpenter debe ser un nombre a reivindicar dentro de la historia del cine. Si en vez de hacer películas de miedo hiciese por ejemplo dramas, los críticos estarían hablando de “cine de autor”, sin duda.


Carles Cases

Las incursiones de Carles Cases en el fantástico son escasas y recuerdo la música que compone para las primeras películas de Jaume Balagueró. En “Los sin nombre” (película con uno de los comienzos más inquietantes y escalofriantes del cine de terror) realiza una competente banda sonora propia del género. Escalofrío que continua en “Darkness”, la aventura americana de Balagueró.

Compuso también la banda sonora de “Dagón”, la mejor película de la “Fantastic Factory”. Productora española que entre los años 2000 a 2007 intenta revitalizar el cine de terror con un sello personal de producción y con directores propios del género como Brian Yuzna, Jack Sholder o Jaume Balagueró. La sensación final fue de logro parcial de sus objetivos. En esta ocasión de nuevo el director Stuart Gordon hace una versión de la obra homónima de Lovecraft. La música es densa y oscura, como lo son la fantástica belleza de Combarro, pueblo gallego donde se rodó la película (acierto de localización el llevar los mundos de Lovecraft a tierras gallegas).



John Debney
Compositor que se inicia en el campo de la televisión, entra de lleno en los grandes estudios para hacer una música competente, pero que parece enlatada y hecha en serie. Dentro del campo del cine fantástico hace la música para grandes producciones de “terror-para-todos” como “The Relic”, “Sé lo que hicisteis el último verano”, “Komodo” o “El fin de los días”.


miércoles, 6 de enero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (3)

Marco Beltrami

A Marco Beltrami lo descubrí con la primera de las partes de “Scream” (luego hizo también las músicas de las secuelas). Película de un creador de psycho killers como es Wes Craven (director de “Pesadilla en Elm Street”), “Scream” explotaba la línea del susto fácil para adolescentes, que tan buenos resultados había dado desde Viernes 13. Es una música para el sobresalto, pero dejaba un hueco para la parte melódica como en su Sidney’s Lament.

Luego vino un sueño de pesadilla con Guillermo del Toro y su cucaracha gigante que se desplazaba por los túneles del metro (“Mimic”), con una música de Beltrami al inicio de su estilo, es decir, momentos electrizantes combinados con otros de bello sinfonismo.

Empleo instrumental que se desarrolla en los créditos finales de “Mimic”:



Luego su estilo acomodado a los grandes estudios y adaptado perfectamente a las imágenes fue utilizado por otras películas del género como “The Faculty”, “Juego asesino”, el remake de “La profecía”, “The Eye”. Aparte de poner música a superproducciones de género fantástico como “Terminator 3”, “Resident Evil”, “Yo robot” o “Hellboy” entre otras.

Genial el tema “Lifeboat” para “Drácula” (2000), recurriendo a los coros, un lugar común en la música de terror:


James Bernard

Hablar de James Bernard es hablar de la Hammer, la productora británica de cine de terror. Varios son los nombres que hicieron de la Hammer la productora de cine de terror de referencia durante muchos años, desde mediados de los 50 hasta los 70. Nombres como el del productor Enrique Carreras, el del director Terence Fisher o el del compositor James Bernard. Productora que potenció los mitos en decadencia por aquella época de Drácula, Frankenstein, el hombre lobo o la momia. Lanzando al estrellato a actores hoy míticos del género como Christopher Lee o Peter Cushing. Hizo nuevas versiones de clásicos como la del Dr. Jekyll en “El Dr. Jekyll y su hermana Hyde”. Impulsó el cine de ciencia ficción con la serie del doctor Qatermass e incluso hizo cine de aventuras y prehistórico (“Ella”).

Estos títulos de crédito son de la película “Las manos del destripador”, no son de Bernard, sino de Christopher Gunning, pero reflejan con particular ejemplo la música hecha para las producciones de la Hammer. Música con tintes góticos, oscura, densa y con maravillosos momentos románticos.


A James Bernard lo descubrí en un disco recopilatorio de música de películas de la Hammer editado por la casa Silva Screen (un sello clásico dentro de la banda sonora como lo son Milan, Varese Sarabande o Intrada). Recuerdo que de aquel disco me llamó la atención los temas de James Bernard para la serie de Drácula.

Esta suite para “El poder de la sangre de Drácula” es un compendio de su música, donde los momentos más oscuros y góticos se mezclan (como ocurre en el corte “Funeral en Carpathia” de “Drácula”) con los más bellos de sus partituras.


Compositor de base de la Hammer, compone otros temas para films de la Hammer, como las tres partes de la serie de Quatermass, varias de Frankenstein, “She” o “The Devil Rides Out”. Fuera de la Hammer hace una fantástica revisitación de la música de la obra maestra de Murnau, “Nosferatu” de 1922.

Bernard como compositor de la Hammer siempre ha sido considerado por la crítica musical como un artesano al servicio de la misma. Desde aquí quiero reivindicar su fuerza y calidad como músico de cine. Creador de las partituras más conseguidas y redondas dentro del género y de la composición musical en general.


Simon Boswell

Simon Boswell empezó en el cine italiano de la mano de Dario Argento con “Phenomena”, Lamberto Bava (“Demons II”), Michael Soavi (“Aquarius”) y algunas “explotation” de más baja calidad. Son bandas con mucho sonido eléctrico combinado con música de orquesta.

Aunque para mi su colaboración más importante, quizás por lo interesante de la producción del escritor y director Clive Barker, la realiza en “El señor de las ilusiones”. Película compendio de las inquietudes artísticas y culturales de su director. Con un acompañamiento musical duro y eléctrico.

Otras bandas sonoras de este compositor son “Santa sangre”, “Fotografiando hadas” o “El demonio del desierto” por citar las más representativas. Su trabajo para la serie “Tin Man” (2007) demuestra una nueva madurez en la creación de Boswell.

sábado, 2 de enero de 2010

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (2)

Richard Band

Si en la banda sonora del cine de terror, y más concretamente dentro de la serie “B” (e incluso “Z”) hay un nombre friki este es el de Richard Band. Autor prolífico donde los haya, creo que uno de los que más copias piratas ha generado entre los compositores del género. Siempre acompañado por una legión de seguidores que aplauden cualquier composición suya y que editan hasta los ronquidos de éste por las noches.

Los mejores momentos de Band se producen de la mano del director Start Gordon y del productor Brian Yuzna (después reconvertido a director) sobre versiones de clásicos de H.P. Lovecraft. Es una música electrónicamente machacona, que en algunos momentos puede llegar a funcionar en consonancia con las imágenes. Su banda sonora más celebrada de este grupo es sin duda la de “Re-animator” película de Gordon sobre obra de Lovecraft (Herbert West, el reanimador de cadáveres, un relato que está fuera de los mitos de Cthulhu), un simpático gore que se deja ver. Pero lo que más llama la atención de esta banda es el homenaje/parodia/plagio que hace de grandes clásicos de la banda sonora.

Y como muestra un botón, sus títulos de crédito:


¿Les suena a algo?, claro...a Bernard Herrmann y su obra maestra compuesta para “Psicosis” de Hitchcock, concretamente sus títulos de inicio. En otro corte también copia alegremente a Jerry Goldsmith, exactamente su gran “New Embassador” para la película “La profecía”. Otros scores sobre películas de Lovecraft son “La novia de Reanimator” (secuela de la anterior), Resonator (sobre la novela From Beyond) o “Castle Freak”. Y creo que dentro de la serie “Masters of Horror”, el capítulo que dirigió Gordon “Sueños en la casa de la bruja” también tiene música de Band.

La música de Band, salvo excepciones, no suele ser una música tocada por orquesta sinfónica y sus melodías tampoco las pondríamos en una fiesta “chill out”, aunque sí la pincharíamos en una de Halloween, pero ya se sabe que para gustos no hay nada escrito. Otras bandas de este autor son “The day Time Ended”, “Han llegado”, “Terrorvision”, “Shrunken Heads” (aquí los créditos son de Elfman), los “Puppet Master”, “Troll” y un largo etcétera.

Este corte es para la película Laserblast:



Roque Baños

Roque Baños es junto a Javier Navarrete uno de mis compositores españoles preferidos. Dentro del cine fantástico y de terror destacan varias composiciones suyas por sus suaves melodías combinadas con fuertes momentos de cuerdas a lo Herrmann. El compositor de “La Comunidad” hace un magnífico score para la película “El maquinista” donde el juego de inquietante locura de las imágenes tiene su correspondencia en la música.

De la mano del director Jaume Balagueró hace las maletas para cruzar el océano y hacer “Frágiles” junto a éste en Estados Unidos. La película, la más floja del director de “Los sin nombre” y “REC”, está llena de clichés del género y se sostiene en muchos momentos por la música de Baños, que llena la pantalla con su enérgica musicalidad.

Este tema de la película es excelente:



Tyler Bates

Prolífico compositor salido de la última hornada de músicos-para-el-cine, fabrica una música repetitiva y sin personalidad para películas de la misma calidad, por lo que la música no desmerece a las imágenes y viceversa. Entre sus scores están los de las películas “Ultimátum a la Tierra”, “El amanecer de los muertos”, “La plaga”, “Los renegados del diablo” o ésta para el remake de “Halloween” (copiando el leit motiv de Carpenter):

miércoles, 30 de diciembre de 2009

MÚSICOS DEL MIEDO, de la A a la Z (1)

Desde muy pequeño siempre me gustó el cine de terror. Creo que todo comenzó por una prohibición, porque mis padre no me dejaban ver la serie de Ibáñez Serrador “Mis terrores favoritos”. Cuando salían los dos rombos en el ángulo de la pantalla del televisor me mandaban a dormir. Y creo que ahí nació mi afición por este género. Recuerdo que desde la cama oía los diálogos de las películas, su música, y en mi mente se formaban las escenas, al gusto de mi fantasía, claro.

Luego vino la primera película de miedo que vi, “El increíble hombre menguante” de un especialista en el género como Jack Arnold. Una fantasiosa historia que ahora que lo pienso, ha podido influir en mis escritos actuales. Un hombre que se ve accidentalmente rodeado por una extraña niebla, va poco a poco menguando de tamaño. Las cosas y animales más insignificantes de esta vida suponen una terrorífica amenaza para el atribulado decreciente que va disminuyendo de tamaño, y como no, con una predestinación ya marcada desde el inicio, termina desapareciendo ¿o fundiéndose con el infinito? Durante su trayecto de cambio sufrirá el tormento y la aflicción moral.

A partir de ahí me empezaron a interesar todas las historias de terror que daban en la tele, desde las mejores, como “La novia de Frankenstein”, sin duda alguna el gran clásico entre los clásicos, los ciclos del hombre lobo, Drácula y Frankenstein de la Universal, los terrores en vivos colores de la Hammer, el ciclo de Poe de Corman, las películas de Cronenberg (emitidas en un pequeño ciclo dentro de un programa de Antena 3 que era “Noche de lobos”), los terrores de Carpenter, “La matanza de Texas”, “Al final de la escalera”, “Lobos humanos”, “Alien”, etc. Pero también las peores, por citar las películas de terror de los años 80, que aunque irregulares en su mayoría, conservan cierto encanto.

Casi enseguida descubrí que detrás de este mundo del “fantaceluloide” había una música, en muchos casos fascinante, en otros útil sólo para acompañar con efectividad las escenas. Así, recuerdo el primer disco de vinilo que compré, que fue la banda sonora de “Alien” de Jerry Goldsmith. Una música genial, inquietante en los títulos de créditos y terroríficamente descriptiva en muchos cortes. Luego también en vinilo llegaron “La profecía” con el magnífico “Tubular Bells”, “Hellraiser” de Christopher Young y otras tantas más.

Años después, y ya en CD, mi colección siguió ampliándose. Recuerdo varias tiendas que existían en Madrid, antes de que internet pudiera con ellas y las cerrara. Concretamente cerca de la calle del Pez estaban Vinilo y Cinescor, esta última regentada por una persona de la que aprendí muchísimo sobre bandas sonoras y que era Paco. Aquel local era un pequeño templo del cine. El recinto era mínimo, con espacio para apenas cuatro o cinco personas (eso si no entraba Santiago Segura, asiduo de la tienda, en su época de mayor volumen). Una vez dentro te envolvía la música de cine que Paco había previamente seleccionado y luego entrabas en debate con los dos o tres fieles parroquianos en la tienda.

Dicho todo esto comienzo una serie sobre mis músicos preferidos, en su vertiente del terror y fantasía, con reseñas personales sobre las que se podrá estar o no de acuerdo. Intentaré ser lo más positivo posible, pero lo que si seré es subjetivo, no tanto en los comentarios, que lo serán, como en la elección de los músicos y su música, e intentaré poner cortes de bandas sonoras de ellos. Si no están las mejores bandas será porque no las encuentro en internet, por lo que pondré las que estén y aporten algo a la música de su autor.


Angelo Badalamenti

A Angelo Badalamenti creo que lo descubrimos la mayor parte de los aficionados gracias a su música para la serie televisiva de David Lynch, “Twin Peaks”. Una magnífica combinación de ritmos de jazz, blues y el estilo que luego sería característico de Badalamenti. La serie recuerdo que causó furor en su época y que reconozco que la terminé de ver hace poco, porque me hice con las temporadas completas en DVD. Como decía la serie fue el origen de una nueva visión de hacer televisión, y a esta pionera estética contribuyó de una manera muy sobresaliente su música.

Y como no sus títulos de crédito:


De la mano de David Lynch es donde Badalamenti encuentra espacio para sus creaciones más personales, a la vez que geniales. Aunque sin embargo (la película es un drama) el mejor score para Lynch fue para su película “Una historia verdadera”, maravillosa música, un refugio para el alma.

Junto a Lynch tiene magníficas creaciones para películas como “Twin Peaks, fuego camina conmigo” (insufrible puesta en escena de los peores ticks de su director), “Corazón salvaje”, “Carretera perdida”, “Mullholland Drive” (donde los personajes de la película se cruzan los actores a mitad de película ¡¿?!) y la especialmente extraña “Inland Empire”. Sin embargo, la banda sonora para “Terciopelo azul”, primera de las colaboraciones con Lynch, es especialmente turbadora. Quizás sea porque la música de los títulos de crédito acompaña a unas imágenes realmente inquietantes, donde la tranquilidad de un pequeño barrio residencial es retratado en cámara lenta y de forma casi esperpéntica, para llegar a un extraño desenlace dentro de la normalidad.

Esta es la música en cuestión:


Dentro del campo del fantástico una banda sonora que me encanta es la de “La ciudad de los niños perdidos” con música muy personal, combinada con otra melódica y suave. Otras bandas sonoras dentro del terreno fantástico o del terror de este compositor son “Dark Water” o “The Wicker Man”. Al día de hoy el nombre de Badalamenti sigue siendo muy interesante no solo en el mundo del cine fantástico, sino de la banda sonora en general

jueves, 23 de julio de 2009

RECUERDOS DE UN TRANSEUNTE (PAUL NASCHY)

Era una noche de luna llena. Las ruinas del viejo castillo se recortaban contra ella. La espectral luz sacaba brillos fantasmagóricos de las piedras. En el centro de lo que antaño fue el patio de armas se adivinaba una figura humana. Waldemar Daninsky gritó, no, aulló como solo un maldito puede hacer. La transformación se acercaba. Él lo notaba en el dolor, en el sufrimiento. Toda una vida, una eternidad, sin encontrar el descanso. Soñando con su bala de plata salvadora. Primero la cara, luego el torso y después sus miembros. De nuevo hombre lobo…

Ésta, que podría ser la parte central de una película de Paul Naschy (Jacinto Molina en su versión castiza) para su personaje de la saga de Waldemar Daninsky, no es mi primer recuerdo de Naschy. Para este primer encuentro me tengo que remontar, también a una noche de luna llena, pero no centroeuropea, sino más al sur, en Sevilla.

Fue en quinto o sexto de EGB. Mi colegio, que hoy ya no existe, estaba formado por varias casas situadas en la zona de Nervión. Concretamente dos casas que antes fueron viviendas y entre ellas un edificio más grande donde estaba el gimnasio, las clases de párvulos, el recreo, la secretaría y la dirección. Este último sitio era legendario, pues corría entre los niños rumores de “atrocidades” que ocurrían dentro. Todas perpetradas por el director, un señor cuya presencia ya atemorizaba más que el hombre del saco. Cuando hablaba, con su voz grave, parecía estar invitando al infierno. Qué miedo. De hecho algun niño, que era llevado por un profesor a su presencia, cual Caronte trasladándolo al Hades (cruzando el Estigia, pues para llegar al edificio central había que cruzar la calle), como decía, alguno en el traslado se hizo pis en los pantalones.

Los viernes, al terminar las clases por la tarde, programaban una película en una de las casas. Ponían el cartel el día antes en el patio del recreo y los niños nos agolpábamos para ver que peli echaban. Solían ser de la pantera rosa, de dibujos animados, de Lassie…pero, oh, aquel jueves anunciaban una muy interesante, “El jorobado de la morgue”. Qué título tan sugestivo. De hecho hoy en día me lo sigue pareciendo. Salía en el cartel el jorobado (Paul Naschy) llevando en brazos el cuerpo de una mujer, con esqueletos y un laboratorio de fondo. ¿Cómo pasaría esa película la censura del director?, todavía hoy en día me lo sigo preguntando. Pues bien, ya solo tenía que convencer a mis padres.

Esa tarde de jueves seguro que las negociaciones fueron duras. Que si esa película no era para niños, que si esperase a la semana siguiente que seguro ponían una de vaqueros…Yo por aquel entonces ya era muy pesado y por no oirme más mis padres me dejaron ir. A la salida, que sería a las siete de la tarde, me recogería mi padre.

Qué emoción el viernes al despertarme. Era una día especial, sin duda. Toda la mañana pensando en la película de la tarde. Ya también por aquel entonces era bastante impaciente. Seguro que don Lucas, don Fidel, don Antonio o don Fernando no se dieron cuenta, pero yo esa mañana no me enteré de nada de lengua, ciencias naturales, sociales o matemáticas. Solo miraba la hora y esperaba. Cuando sonó el timbre de las cinco salí corriendo al patio como alma que lleva el demonio.

El profesor nos reunió a todos los que íbamos al cine en el patio del recreo. Aquello iba a prometer porque el profesor sin querer encendió aún más mi curiosidad y ganas de ver la película. Nos dijo que toda la sangre que salía era de mentira, que era salsa de tomate. “Toda la sangre”. ¡Cómo se le puede decir eso a un niño de 10 años! Ya no podía esperar más tenía que entrar a verla. No veía el momento.

La sala era un aula (que a su vez antes había sido una gran habitación, por aquello de que fue vivienda). La pantalla si mi memoria no me falla era una sábana (se veían las arrugas) y el proyector debió ser con anterioridad de los hermanos Lumière. Recuerdo que entre rollo y rollo se paraba la proyección y todos nos poniamos a hablar como descosidos. Eso cuando no se paraba el motor por motivos técnicos.

¡Qué bien me lo pasé, que buena película!. Estuve luego casi una semana sin dormir, pero qué buena peli. Hace poco la volví a ver, despues de tantos años y creía que no iba a aguantar la revisión. Pero todo lo contrario, todavía hoy se mantiene como una buena película de terror, yo creo que la mejor de Naschy. Es una revisitación del mito de Frankenstein, con todos los aditamentos de una entretenida película de horror (muerte de la amada, resurrección, hemoglobina, ser deforme e incomprendido y “mad” doctor). ¿Qué más se puede pedir?

Despues a la salida del cine viví mi propia película de horror. Veía que todos los padres iban llegando a recoger a sus hijos, pero el mío no aparecía. Y cada vez estaba más solo en la puerta. De hecho me quedé un rato solo, con mis jorobados, ratas y resurrecciones. Hasta que pude ver a lo lejos el 124 de mi padre que se acercaba. ¡Uf! Un poco más y viene el jorobado a por mí.


Años después fui a ver al gran Paul Naschy al Zoco de las Rozas, porque presentaba su última película (Licántropo). La última de Waldemar Daninsky. Me quedé con las ganas de contarle toda esta historia. Por eso se la cuento aquí, por si me está leyendo.

martes, 14 de julio de 2009

SHORE PARA CRONENBERG

La conjunción entre un compositor y un director de cine ha dado momentos de complementación extraordinarios para la música de cine. Momentos únicos de disfrute para el amante de esta música. Por reseñar solo algunas parejas: James Bernard/Terence Fisher, Bernard Herrmann/Alfred Hitchcock, John Williams/Steven Spielberg, Danny Elfman/Tim Burton, Pino Donaggio/Brian DePalma, Angelo Badalamenti/David Lynch…y Howard Shore/David Cronenberg.

Empecé a escuchar y sobre todo a aficionarme a la música de cine gracias a Jerry Goldsmith y en concreto su música compuesta para Alien. Era la época del vinilo y por aquel entonces no existía el CD, ni el MP3, ni emule, ni nada. El vinilo puro y duro y también la cinta de cassette (aquella que se rebobinaba con un boli BIC). Fue el primer disco que me compré de música para cine. Me encantó el tema principal de Jerry Goldsmith para los títulos de crédito… Pero bueno ahora prefiero hablar de Howard Shore.

A Howard Shore lo descubrí por la música que hacía (y sigue haciendo) para el director David Cronenberg. Concretamente con la partitura que compuso para La Mosca, y que también tengo en vinilo. Una partitura llena de temas cortos que subrayan de forma enérgica la transformación del protagonista , con una música que va haciéndose cada vez más oscura a medida que avanza la película, adelantándonos tema a tema un final fatalista.

Tengo un grato recuerdo de los ciclos de Música de Cine que se organizaban en Sevilla y que traían a los mejores compositores de bandas sonoras del momento. El que más me emocionó, y fueron varios los conciertos a los que año tras año acudí (Jerry Goldsmith, Elmer Bernstein, Michael Nyman…), fue cuando vino Howard Shore. Dividió sus conciertos en dos días, el primero dedicado a los trabajos realizados para Cronenberg, y el día siguiente para el resto (las fechas no las recuerdo, pero si me acuerdo que presentó su último trabajo en esa fecha para el film Looking for Richard, con unos excelentes coros. Debió ser por el año 96).

El día que dirigió la orquesta sinfónica con los trabajos para Cronenberg fue memorable. Esa noche llegué al Teatro de la Maestranza con mi hermano y sentía como un pequeño cosquilleo de nervios por escuchar la música de quien tanto había oido y “visto” en el cine.

El programa con los temas que iba a interpretar no defraudaba, y así fue. Howard Shore interpretó varios cortes de La Mosca (The Fly). Temas de M Butterfly, uno de sus trabajos más redondos y con música de una gran belleza que refuerzan y hacen muy íntima la gran historia de amor que se cuenta en la pantalla. Recuerdo también los temas para Inseparables (Dead Ringers), también de sus mejores trabajos y de una lírica que recorre introspectivamente la evolución de los dos hermanos (gran trabajo de Jeremy Irons). Seguidamente interpretó la suite que aparece en el disco de Silva Screen para la película Cromosoma 3 (The Brood) –vaya título en español, quién sería el que lo puso…-, en una partitura casi en exclusiva para cuerda y que nos trae a la memoria los mejores momentos de Bernard Herrmann. Es esta una partitura bastante dura para oidos no acostumbrados al Shore que refleja el mundo personal de Cronenberg (llamados por muchos críticos de la “nueva carne”). Por último y como guinda, con una puesta en escena con saxofonista incluido (hacía las veces de Ornette Coleman), Shore interpretó temas de El Almuerzo Desnudo (Naked Lunch), una película muy esquiva de ver. Se anunció su estreno varias veces en España, sin que al final creo que se estrenase en salas comerciales, solo a traves de Cine Clubs (yo la ví años después en el Cine Club de UGT en Sevilla). Si ya es difícil llevar a la pantalla el mundo de William Burroughs, con el prisma del cine de Cronenberg, más lo es poner música a estas imágenes. Shore lo consiguió y con nota, pues con una vuelta de tuerca sobre su propia música, incorporó el jazz a la misma (Ornette Coleman), resultando un score que va creciendo en intensidad, emociones y matices con cada nueva audición del mismo.
Nota: si a alguien le interesa alguna banda sonora de las que aquí estoy mecionando que me lo diga y se la dejo.

En el segundo día del Festival de Música de Cine, aunque fuera ya del universo Cronenberg, magníficos los scores interpretados para tres películas. Philadelphia, El silencio de los corderos (la música para los títulos de crédito se me viene muchas veces a la cabeza cuando estoy corriendo por el monte entre grandes árboles, como Clarice Starling al inicio de la película corriendo en los alrededores de la central del FBI en Cuantico) y Ed Wood (un score genial en el que Shore “robó” el protagonismo a Danny Elfman, pues por desavenencias de este último con Tim Burton hicieron de esta película una de las pocas de Burton con una música que no es de Elfman).

Porque la música de Shore para Cronenberg no es en muchos de los casos un alarde de sinfonismo, salvo excepciones, sino el adecuarse a las oníricas imágenes del director canadiense, aunque para ello tenga que experimentar con la música y hacer discos que de por sí son cuadrados, llenos de aristas y duros, pero que vistos en la pantalla se pegan como un imán a las imágenes. Son scores que reflejan este cambio, mutación, en los protagonistas de Cronenberg, este nacimiento de la “nueva carne” que antes mencionaba. Dureza musical que se refleja en Videodrome donde el protagonista muta en todos los sentidos con las emisiones de un canal de televisión. En Scanners donde la mutación está en el poder de la mente. En Crash, donde la mutación, tanto física como psíquica se consigue a través de los coches, sus carreteras, accidentes y el tejido vivo que forman. La música por ello es metálica con golpes de guitarra en una “sinfonía” de hierro.

De las últimas composiciones para Cronenberg, me quedo con ExistenZ, donde vuelve a este mundo de mutación, esta vez de la mano del video juego que da nombre a la película. Aquí se recurre a una música más sinfónica, en la línea de Inseparables. No quiero terminar sin hacer mención a sus últimos trabajos. Los íntimos momentos musicales para Spider y las dos últimas películas de Cronenberg que se separan del campo del cine Fantástico, aunque no de su universo personal (Una historia de violencia y Promesas del Este).

Después Shore estuvo de nuevo en Sevilla para hacer un monográfico de su música para El señor de los anillos. No pude asistir, aunque me hubiese gustado, porque las entradas se agotaron el mismo día. Shore ya era famoso. Aunque esta es ya otra historia.