domingo, 30 de agosto de 2009

EL SUEÑO DE UN PRIMATE

Hace algunos días hice una reflexión sobre el peaje por estar vivo. Es la ironía del ser humano, su principal paradoja. ¿Mente racional? ya dije que era una mente que sublimaba los instintos de forma inconsciente, teniendo por tanto que elaborar una necesidad sobre el mismo. Una necesidad no tanto física, pues ésta se zanjaría en el campo del reino animal, como de elaboración mental. Nos creamos nuestras propias contradicciones donde antes no las había. Nos alimentamos de las mismas, llevándonos a estados de ánimo que nos invaden cuando no queremos. Cuando solo pensamos.

La vida tiene que ser más fácil, pero nosotros la complicamos. No tanto por nuestros actos, como por su origen, nuestros pensamientos. También lo he comentado en alguna ocasión, qué felices son las personas que no elaboran sus pensamientos, que directamente incorporan una materia prima y dan salida a la misma. Sin una manufactura interior.

Qué difícil resulta avanzar cuando se sacan varias conclusiones sobre un pensamiento. Sobre todo cuando éstas no son complementarias, sino invalidantes. Porque somos un mar de contradicciones, somos humanos y este peaje es doloroso. Tomar al final una decisión (nuestro acto) sobre una de las conclusiones es también un proceso espinoso. Nuestra actuación será, por supuesto enjuiciada, y tildada por unos de valiente y por otros de cobarde, por unos de heroicidad y por otros de villanía, por unos de madurez y por otros de inmadurez… ¿Hemos actuado correctamente? Quien disponga de la llave absoluta de los pensamientos podría responderlo. Entendiendo como tal la posibilidad de elaborar la conclusión única y verdadera. Quien solo tenga una copia de la misma debería en todo caso dar su opinión, que no es ni más ni menos que exponer una de sus conclusiones sobre el asunto, su elección personal. Sujeta, claro está, a ese juicio de valor que antes he comentado. Y esta opinión a su vez…

A lo anterior hay que añadir el que al emitir opiniones se suele entrar en el envenenamiento de las mismas. Me explico. Si tomamos la primera conclusión sobre un pensamiento primario, la segunda ya estaría condicionada por éste, y así sucesivamente entrando en ramificaciones y agrupaciones en función de amistades, ideales, religiones, cultura, gustos, influencia de los medios, etc. Por lo que al final el humano, gregario por naturaleza, no estaría emitiendo conclusiones/opiniones personales, entendidas estas como primarias, sino elaboraciones más o menos pretendidamente personales sobre otras en función de las agrupaciones antes citadas. Por lo que deberíamos cuestionarnos muchas de las opiniones vertidas como “verdades absolutas”.

Hasta aquí he hablado del ser humano como ente individual, pero si este “pensamiento” lo elevamos a un rango social tenemos los dogmas. Que serían las opiniones pero al nivel más elevado de grupo humano. Estaríamos ya en la tierra de las ideologías, de los grupos de opinión, de las creencias religiosas, de las oligarquías, etc y ya llevados a los extremos, a las luchas entre los diferentes grupos con opiniones/dogmas enfrentados. A éstos los podemos llamar intereses, pues al fin y al cabo, el imponer un dogma sobre el del resto conduce a la posibilidad de “educar” a todos los integrantes de esa sociedad en el mismo. Con las consiguientes posibilidades que esto ofrece, de poder, económicas, religiosas, de dominio humano…Por lo tanto es evidente el interés que a lo largo de la historia han demostrado los grupos humanos por imponer sus dogmas.

Por lo que tras tantos años de humanidad repitiendo el mismo esquema, ¿alguien se ha planteado alguna vez elaborar pensamientos primarios? Sería como un partir de cero en los fundamentos de una sociedad. Seguro que abriría nuevas posibilidades en campos como la ciencia, los gobiernos, las creencias o las ideologías (entendidas éstas como el conocimiento del inicio de las ideas) ¿sabríamos a estas alturas de la historia cuál o cuáles podrían ser estos pensamientos primarios? ¿se puede romper con el histórico devenir dogmático? ¿debemos hacerlo?

Quizás el pensamiento primario estuvo un día en el sueño de un primate.

No hay comentarios: