martes, 14 de julio de 2009

SHORE PARA CRONENBERG

La conjunción entre un compositor y un director de cine ha dado momentos de complementación extraordinarios para la música de cine. Momentos únicos de disfrute para el amante de esta música. Por reseñar solo algunas parejas: James Bernard/Terence Fisher, Bernard Herrmann/Alfred Hitchcock, John Williams/Steven Spielberg, Danny Elfman/Tim Burton, Pino Donaggio/Brian DePalma, Angelo Badalamenti/David Lynch…y Howard Shore/David Cronenberg.

Empecé a escuchar y sobre todo a aficionarme a la música de cine gracias a Jerry Goldsmith y en concreto su música compuesta para Alien. Era la época del vinilo y por aquel entonces no existía el CD, ni el MP3, ni emule, ni nada. El vinilo puro y duro y también la cinta de cassette (aquella que se rebobinaba con un boli BIC). Fue el primer disco que me compré de música para cine. Me encantó el tema principal de Jerry Goldsmith para los títulos de crédito… Pero bueno ahora prefiero hablar de Howard Shore.

A Howard Shore lo descubrí por la música que hacía (y sigue haciendo) para el director David Cronenberg. Concretamente con la partitura que compuso para La Mosca, y que también tengo en vinilo. Una partitura llena de temas cortos que subrayan de forma enérgica la transformación del protagonista , con una música que va haciéndose cada vez más oscura a medida que avanza la película, adelantándonos tema a tema un final fatalista.

Tengo un grato recuerdo de los ciclos de Música de Cine que se organizaban en Sevilla y que traían a los mejores compositores de bandas sonoras del momento. El que más me emocionó, y fueron varios los conciertos a los que año tras año acudí (Jerry Goldsmith, Elmer Bernstein, Michael Nyman…), fue cuando vino Howard Shore. Dividió sus conciertos en dos días, el primero dedicado a los trabajos realizados para Cronenberg, y el día siguiente para el resto (las fechas no las recuerdo, pero si me acuerdo que presentó su último trabajo en esa fecha para el film Looking for Richard, con unos excelentes coros. Debió ser por el año 96).

El día que dirigió la orquesta sinfónica con los trabajos para Cronenberg fue memorable. Esa noche llegué al Teatro de la Maestranza con mi hermano y sentía como un pequeño cosquilleo de nervios por escuchar la música de quien tanto había oido y “visto” en el cine.

El programa con los temas que iba a interpretar no defraudaba, y así fue. Howard Shore interpretó varios cortes de La Mosca (The Fly). Temas de M Butterfly, uno de sus trabajos más redondos y con música de una gran belleza que refuerzan y hacen muy íntima la gran historia de amor que se cuenta en la pantalla. Recuerdo también los temas para Inseparables (Dead Ringers), también de sus mejores trabajos y de una lírica que recorre introspectivamente la evolución de los dos hermanos (gran trabajo de Jeremy Irons). Seguidamente interpretó la suite que aparece en el disco de Silva Screen para la película Cromosoma 3 (The Brood) –vaya título en español, quién sería el que lo puso…-, en una partitura casi en exclusiva para cuerda y que nos trae a la memoria los mejores momentos de Bernard Herrmann. Es esta una partitura bastante dura para oidos no acostumbrados al Shore que refleja el mundo personal de Cronenberg (llamados por muchos críticos de la “nueva carne”). Por último y como guinda, con una puesta en escena con saxofonista incluido (hacía las veces de Ornette Coleman), Shore interpretó temas de El Almuerzo Desnudo (Naked Lunch), una película muy esquiva de ver. Se anunció su estreno varias veces en España, sin que al final creo que se estrenase en salas comerciales, solo a traves de Cine Clubs (yo la ví años después en el Cine Club de UGT en Sevilla). Si ya es difícil llevar a la pantalla el mundo de William Burroughs, con el prisma del cine de Cronenberg, más lo es poner música a estas imágenes. Shore lo consiguió y con nota, pues con una vuelta de tuerca sobre su propia música, incorporó el jazz a la misma (Ornette Coleman), resultando un score que va creciendo en intensidad, emociones y matices con cada nueva audición del mismo.
Nota: si a alguien le interesa alguna banda sonora de las que aquí estoy mecionando que me lo diga y se la dejo.

En el segundo día del Festival de Música de Cine, aunque fuera ya del universo Cronenberg, magníficos los scores interpretados para tres películas. Philadelphia, El silencio de los corderos (la música para los títulos de crédito se me viene muchas veces a la cabeza cuando estoy corriendo por el monte entre grandes árboles, como Clarice Starling al inicio de la película corriendo en los alrededores de la central del FBI en Cuantico) y Ed Wood (un score genial en el que Shore “robó” el protagonismo a Danny Elfman, pues por desavenencias de este último con Tim Burton hicieron de esta película una de las pocas de Burton con una música que no es de Elfman).

Porque la música de Shore para Cronenberg no es en muchos de los casos un alarde de sinfonismo, salvo excepciones, sino el adecuarse a las oníricas imágenes del director canadiense, aunque para ello tenga que experimentar con la música y hacer discos que de por sí son cuadrados, llenos de aristas y duros, pero que vistos en la pantalla se pegan como un imán a las imágenes. Son scores que reflejan este cambio, mutación, en los protagonistas de Cronenberg, este nacimiento de la “nueva carne” que antes mencionaba. Dureza musical que se refleja en Videodrome donde el protagonista muta en todos los sentidos con las emisiones de un canal de televisión. En Scanners donde la mutación está en el poder de la mente. En Crash, donde la mutación, tanto física como psíquica se consigue a través de los coches, sus carreteras, accidentes y el tejido vivo que forman. La música por ello es metálica con golpes de guitarra en una “sinfonía” de hierro.

De las últimas composiciones para Cronenberg, me quedo con ExistenZ, donde vuelve a este mundo de mutación, esta vez de la mano del video juego que da nombre a la película. Aquí se recurre a una música más sinfónica, en la línea de Inseparables. No quiero terminar sin hacer mención a sus últimos trabajos. Los íntimos momentos musicales para Spider y las dos últimas películas de Cronenberg que se separan del campo del cine Fantástico, aunque no de su universo personal (Una historia de violencia y Promesas del Este).

Después Shore estuvo de nuevo en Sevilla para hacer un monográfico de su música para El señor de los anillos. No pude asistir, aunque me hubiese gustado, porque las entradas se agotaron el mismo día. Shore ya era famoso. Aunque esta es ya otra historia.

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