miércoles, 1 de julio de 2009

POWERPOINT

Bonita arma ha dejado Microsoft en manos de algunos desaprensivos, y es que este aplicativo lo carga el diablo. Quien trabaje en una gran empresa sabrá de qué hablo y para quien no sepa ni lo que es el “Powerpoint” le pongo en antecedentes.

Se trata de un programa para realizar presentaciones en diapositivas (slides) para Windows. Primero hay que tener una idea, más bien mala idea, y plasmarla con diferente tamaño de letra, con muchos colores y con formas geométricas variadas, tiene que ser un “leit motiv” que provoque entre los receptores de la presentación la idea de que estan ante algo nuevo e innovador. El secreto está en esto último, y me explico, podemos estar hablando en todo momento de un chupete, pero la audiencia no se debe dar cuenta, y en ello está la habilidad del ponente, en usar una idea que ya existe, aunque sea vieja como los dinosaurios y revestirla de un aura de modernidad, de inventiva, de ser un gran descubrimiento, de ser el proyecto más valioso para la empresa, y aquí es donde interviene el susodicho “powerpoint”, es la chistera de este gran mago de los negocios que es el “powerpoint man” (hay que introducir términos en inglés para darle más verosimilitud a la acción), en adelante “ppm”. Volvamos al ejemplo del chupete. La primera máxima de este “ppm” es no decir nunca la palabra chupete, siempre hay que usar de figuras literarias como la metáfora, metonimia,etc. y la primera slide (diapositiva) pondría en grande “REVOLUCIÓN INFANTIL”, a partir de ahí y con los colores que marquen los cánones estilísticos de la empresa en cuestión, hacer un juego de retruécano donde lo imposible parezca posible y donde se de solución a lo presumiblemente insoluble. Pasariamos por slides con términos como “látex milagroso” para referirnos a la satisfacción que vamos a producir al cliente, sin olvidarnos, por supuesto, de qué departamentos estarán involucrados en este proyecto (aquí el ppm debe ser extremadamente habilidoso para que no le roce ni un centímetro el trabajo de puesta en acción, él es un creativo, no un currito), para pasar al plato fuerte, que sería el ahorro de costes, aquí la inventiva no debe tener límites, pues la reducción de costes será inversamente proporcional al éxito final del ppm y tampoco hay que escatimar en número de slides y efectos visuales, los sonoros se descartan por confusos.

Los aplausos finales refrendarán la excelencia de la presentación del ppm y aquí el ego de este último puede alcanzar cotas de megalomanía, en su mente se verá entrando en el panteon creativo de Mozart, codeándose en la oratoria de Cicerón o descubriendo cual Marco Polo. Será un gigante de la conquista, un nuevo César y posiblemente esté nominado para un futuro ascenso en la empresa. Pero todavía la vuelta de tuerca es mayor si la presentación es de una consultoría, pues esas magníficas diapositivas del chupete, una vez realizado el primer trabajo creativo, servirían tanto para una presentación en una fábrica de buñuelos como para una de bisagras para puertas. ¡Oh! Bendito Powerpoint que eres el disfraz del vacío y la imagen del artificio.

No hay comentarios: